El comerciante de esclavos. John Newton nació en Londres en el año 1725. Su padre fue un capitán. Su madre, una devota mujer que dándose...
El comerciante de esclavos.
John Newton nació en Londres en el año 1725. Su padre fue un capitán. Su madre, una devota mujer que dándose cuenta que la enfermedad que la aquejaba pronto iba a acabar con su vida, enseño a su hijo a conocer la Biblia a muy temprana edad. Cuando John tenia 7 años, su madre murió y él se convirtió en un niño de camarote de un barco pesquero. Sus experiencias
a través de los años en el mar fueron peligrosas y emocionantes, una vez fue embriagado y llevado como parte de tripulación a la fuerza de un Barco de Guerra. Allí fue cruelmente tratado siendo golpeado y abusado. Luego de esta experiencia se enrolo en un barco de esclavos y con el tiempo llego a ser el capitán. Durante todo este tiempo John vagó lejos del Dios de su madre y de la Biblia. Más tarde escribió "Con frecuencia vi la necesidad de ser un cristiano solo para escapar del infierno, pero amaba el pecado y no estaba dispuesto a abandonarlo".
Cada año caía más bajo en las garras del pecado y pronto estaba en tal estado que la tripulación lo despreciaba, considerándolo solo un animal.
En una ocasión, el borracho capitán cayo por la borda pero sus hombres no hicieron mucho esfuerzo para rescatarlo. Simplemente tiraron un arpón que se clavó en su cadera y tiraron de la cuerda. Fue levantado como si hubiera sido un pez grande. Debido a este suceso, John Newton cojeó por el resto de su vida, pero como él diría: "Cada paso es un constante recuerdo de la gracia de Dios sobre este desventurado pecador".
Cuando hubo tocado fondo en las vilezas, sintió la miseria en su vida y se volvió a la fe que había olvidado. Entregó su vida a Cristo, y fue su devoción de tal manera grande como grosera había sido su caída. Dejó su ocupación como traficante de esclavos y se entregó al ministerio. Al tiempo llegó a ser un clérigo anglicano. Además de su labor pastoral, Newton, que había sido un despreciable explotador, realizó una abnegada defensa en contra de la esclavitud. Su vida fue de inspiración para muchos: "Yo recuerdo dos cosas: que soy un gran pecador, y que Cristo es un gran Salvador."
Entre ellos se destaca William Wilberforce, un político ingles que luchó denodadamente a favor de la abolición de la esclavitud en el Imperio Británico, hecho que se concretó en 1833, merced al trabajo de este hombre. John Newton también escribió himnos y poemas y es autor de una de las melodías evangélicas más bellas de la historia conocida como Sublime Gracia (Amazing Grace) que es en realidad la historia y testimonio de su vida:
Sublime gracia del Señor
Que a mi pecador salvó
fui ciego mas hoy miro yo
perdido y el me amó
En los peligros o aflicción
que yo he tenido aquí
su gracia siempre me libró
y me guiará feliz
Su gracia me enseñó a temer
mis dudas ahuyentó
oh cuan precioso fue
a mi ser al dar mi corazón
Y cuando en Sión por siglos mil
brillando este cual sol
yo cantaré por siempre allí
su amor que me salvó
John Newton nació en Londres en el año 1725. Su padre fue un capitán. Su madre, una devota mujer que dándose cuenta que la enfermedad que la aquejaba pronto iba a acabar con su vida, enseño a su hijo a conocer la Biblia a muy temprana edad. Cuando John tenia 7 años, su madre murió y él se convirtió en un niño de camarote de un barco pesquero. Sus experiencias
a través de los años en el mar fueron peligrosas y emocionantes, una vez fue embriagado y llevado como parte de tripulación a la fuerza de un Barco de Guerra. Allí fue cruelmente tratado siendo golpeado y abusado. Luego de esta experiencia se enrolo en un barco de esclavos y con el tiempo llego a ser el capitán. Durante todo este tiempo John vagó lejos del Dios de su madre y de la Biblia. Más tarde escribió "Con frecuencia vi la necesidad de ser un cristiano solo para escapar del infierno, pero amaba el pecado y no estaba dispuesto a abandonarlo".
Cada año caía más bajo en las garras del pecado y pronto estaba en tal estado que la tripulación lo despreciaba, considerándolo solo un animal.
En una ocasión, el borracho capitán cayo por la borda pero sus hombres no hicieron mucho esfuerzo para rescatarlo. Simplemente tiraron un arpón que se clavó en su cadera y tiraron de la cuerda. Fue levantado como si hubiera sido un pez grande. Debido a este suceso, John Newton cojeó por el resto de su vida, pero como él diría: "Cada paso es un constante recuerdo de la gracia de Dios sobre este desventurado pecador".
Cuando hubo tocado fondo en las vilezas, sintió la miseria en su vida y se volvió a la fe que había olvidado. Entregó su vida a Cristo, y fue su devoción de tal manera grande como grosera había sido su caída. Dejó su ocupación como traficante de esclavos y se entregó al ministerio. Al tiempo llegó a ser un clérigo anglicano. Además de su labor pastoral, Newton, que había sido un despreciable explotador, realizó una abnegada defensa en contra de la esclavitud. Su vida fue de inspiración para muchos: "Yo recuerdo dos cosas: que soy un gran pecador, y que Cristo es un gran Salvador."
Entre ellos se destaca William Wilberforce, un político ingles que luchó denodadamente a favor de la abolición de la esclavitud en el Imperio Británico, hecho que se concretó en 1833, merced al trabajo de este hombre. John Newton también escribió himnos y poemas y es autor de una de las melodías evangélicas más bellas de la historia conocida como Sublime Gracia (Amazing Grace) que es en realidad la historia y testimonio de su vida:
Sublime gracia del Señor
Que a mi pecador salvó
fui ciego mas hoy miro yo
perdido y el me amó
En los peligros o aflicción
que yo he tenido aquí
su gracia siempre me libró
y me guiará feliz
Su gracia me enseñó a temer
mis dudas ahuyentó
oh cuan precioso fue
a mi ser al dar mi corazón
Y cuando en Sión por siglos mil
brillando este cual sol
yo cantaré por siempre allí
su amor que me salvó