El asiento vacío habla con elocuencia. A pesar de que su mensaje no es agradable, todos lo pueden oír. Al predicador el asiento vacío le d...
El asiento vacío habla con elocuencia. A pesar de que su mensaje no es agradable, todos lo pueden oír. Al predicador el asiento vacío le dice: “Tu sermón no vale.” Al que visita la iglesia, le advierte: “Ya ves, vamos perdiendo terreno.” Al nuevo que busca una iglesia donde asistir: “Vale más esperar a ver lo que pasa aquí.” Al tesorero de la iglesia: “¡Cuidado! ¡Habrá un déficit”. A los miembros presentes les aconseja: “Ustedes también pueden ausentarse el domingo próximo.” A los verdaderos fieles les aconseja: “Trabajad, invitad, orad, llenad esos asientos vacíos.” El asiento vacío testifica contra los cultos. Mata la inspiración, ahoga la esperanza. Aleja el celo y es un peso desanimador para toda la iglesia. Por otro lado, el asiento ocupado es un ala, es un estímulo, es un incentivo y una inspiración al predicador y a toda persona que ama al Señor Jesús.
Ilustración basada en 1 Samuel 20:18: “Tú serás echado de menos, porque tu asiento estará vacío.” Otras referencias: Eclesiastés 5:1; Hebreos 10:25. - Extraído de 500 ilustraciones de Alfredo Lerín. Editorial Mundo Hispano.
Ilustración basada en 1 Samuel 20:18: “Tú serás echado de menos, porque tu asiento estará vacío.” Otras referencias: Eclesiastés 5:1; Hebreos 10:25. - Extraído de 500 ilustraciones de Alfredo Lerín. Editorial Mundo Hispano.