El desarrollo personal para una crianza intencional Bien se ha dicho: “Muchos hablan de dejarles un mejor planeta a nuestros hijos, dejemos...
Bien se ha dicho: “Muchos hablan de dejarles un mejor planeta a nuestros hijos, dejemos también mejores hijos a nuestro planeta”. Todos los padres anhelan que sus hijos lleven vidas rectas, pero no todos trabajan para que ese resultado se dé. Los padres cristianos debemos educar intencionalmente a nuestros hijos, de modo que lleguen a ser hombres y mujeres de bien.
Proverbios 23:13,14 recomienda a los padres de familia: “No rehúses corregir al muchacho; porque si lo castigas con vara, no morirá. Lo castigarás con vara, y librarás su alma del Seol” (RVR1960). Fijémonos no tanto en el tema de la disciplina, sino en los resultados. Yo veo dos: “No morirá” y “librarás su alma del Seol”. Podríamos decir que uno de estos resultados es temporal y el otro es eterno.
“No morirá”, puede referirse a que, por un lado, no morirá antes de tiempo o prematuramente. Muchos jóvenes mueren a temprana edad porque están metidos en pandillas, en delincuencia, en drogas, alcohol o en diversidad de malos pasos. Es decir, porque llevan una vida torcida. Obviamente, llevar una vida recta no garantiza en todos los casos que se va a morir a edad avanzada. A veces una enfermedad, un accidente, etc., llevan a muchos a una muerte temprana. Pero generalmente, quienes llevan una vida atinada, viven más tiempo que aquellos que llevan una vida desatinada. Otros adolescentes mueren moralmente, por carencia de amor y de una educación sin principios y valores.
Por otro lado, librar el alma de nuestros hijos del Seol o el infierno, significa que no morirán eternamente, ya que la semilla de la Palabra de Dios que se ha sembrado en ellos, germina el día que voluntariamente deciden amar y servir a Dios, así como llevar una vida correcta. Así que, si usted ama a sus hijos y no quiere que ellos terminen siendo inmorales y malhechores, cuide de ellos, instrúyalos, disciplínelos e incúlqueles el temor de Dios. Usted será el mejor colaborador de Dios, para conducir sus hijos a una vida enfocada y a una eternidad con Él.
Edúquese, si quiere educar a sus hijos
No se puede educar a nadie si uno mismo no se educa primero. Felizmente, muchos padres que nos leen procuran educarse y prepararse para poder llevar a cabo de manera más efectiva su papel como padres.
Podríamos definir la palabra educación como el desarrollo de las facultades intelectuales, morales, espirituales y afectivas de una persona, que le ayudan en su formación integral. En ese sentido, los padres deben desarrollarse intelectual y moralmente, para luego formar a sus hijos de manera adecuada.
En Mateo 7:4-5, Jesús pregunta: “¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano” (RVR1960). Aplicando estas palabras a la vida familiar, diríamos que los padres de familia no podemos corregir o educar a nuestros hijos si primero no corregimos nuestra propia vida. Jesús nos invita a analizar nuestro propio actuar, antes de pretender arreglar el actuar de los demás.
Usted debe ser un padre o una madre en crecimiento, en formación constante, en búsqueda de aprender cada día cómo ser mejor padre y mejor educador. Para lograrlo, lea la Palabra de Dios, lea libros sobre paternidad responsable, asista a conferencias y seminarios para parejas y para padres de familia, tome cursos en línea o por Internet, que le ayuden a fortalecer la relación padres-hijos.
Pero no se quede de brazos cruzados. Busque su desarrollo personal para luego buscar el desarrollo integral de sus hijos.
Sean padres intencionales
La paternidad intencional es el esfuerzo que los padres hacen para darles a sus hijos lo que les conviene, y ayudarles a crecer en todas las áreas de la vida. Eso significa que los padres y madres intencionales son aquellos que se esmeran, ya que saben que la paternidad no es un juego, pues el futuro de sus hijos está en sus manos.
Por supuesto, ser un buen padre y una buena madre no es tarea fácil, por lo que aquellos que cumplen conscientemente sienten satisfacción al dar lo mejor de sí cumpliendo cabalmente con su papel. “Mucho se alegrará el padre del justo, y el que engendra sabio se gozará con él. Alégrense tu padre y tu madre, y gócese la que te dio a luz”, afirma el libro de Proverbios (Prov. 23:24-25 RVR1960). La alegría de los padres intencionales no se debe tanto por la autosatisfacción, sino por los buenos resultados de su trabajo que se refleja en la buena conducta de sus hijos.
Los padres intencionales son aquellos que se esmeran en proveer para suplir todas las necesidades de sus hijos:
• Proveen económicamente para suplir las necesidades físicas por medio de un techo, vestuario, alimentación y educación.
• Proveen amor para cubrir las necesidades emocionales de sus retoños.
• Proveen instrucción cristiana para suplir las necesidades espirituales de sus hijos.
• Proveen tiempo para criarlos y orientarlos correctamente.
• Proveen autoridad para disciplinarlos moderada pero firmemente, de tal manera que no se tuerzan.
• Proveen un buen ejemplo, de modo que tengan modelos correctos que imitar.
Sea usted un padre o una madre de 24 horas. Aunque tengan que aprender y mejorar sobre la marcha. Haga su mejor esfuerzo para ser un padre o una madre responsable e intencional.
Por Víctor Súchite suchitevictor@yahoo.es
Vive en Guatemala, tiene un doctorado en Ministerio Pastoral y es pastor y consejero familiar. Es fundador del ministerio “La familia es prioridad”, que tiene como objetivo fortalecer a los matrimonios y ayudar a mejorar las relaciones familiares. Su cápsula radial “La familia es prioridad” se escucha en 400 emisoras del continente. Víctor y su esposa Mayra llevan 32 años de casados y tienen tres hijos: Tania —casada con Dany Rodríguez—, Kevin —casado con Ingrid Grotewold— y Yadira.