$show=home
"La revista #1 para la actualización ministerial del siervo de Dios" |
||
DESARROLLO PERSONAL • CUIDADO PASTORAL • CRECIMIENTO DE IGLESIA Escuela Dominical • Jóvenes & Adolescentes • Grupos Pequeños • Matrimonio & Romance • Consejería • Familia & Educación • Administración & Finanzas |

$type=three$cols=3$count=6$m=0$sn=0$rm=0$show=home$ct=0$spa=1$h=200$pg=1
$show=home
"Muchas gracias y realmente desde hace varios años vengo utilizando artículos de su revista y han sido de gran bendición para mi vida y mi iglesia. Que Dios les siga usando" - Pastor Carlos Benavides |

$show=home
"BENDICIONES!!! Quiero resaltar el trabajo que ustedes han venido realizando a través de esta revista, han sido una bendición para mi vida, el ministerio y la congregación que pastoreo." - Pastor Jose Eduardo Sanchez. |

$show=post$show=/search/label/Listas
En nuestro matrimonio entendemos que
realmente la clave es el amor de Cristo. Él
nos amó primero y es por ello que podemos amar a otros (1 Juan 4). Si amamos a
nuestro cónyugue, nos interesamos por lo
que siente, lo que valora, lo que le molesta,
etc. Trataremos de ayudarle, acompañarle,
respetarle cuando tenga momentos de dificultad, tristeza, decepción, frustración,
etc.
Con el amor como base, nos vamos a interesar por los deseos, fortalezas y sueños de
nuestro cónyugue. Y si oramos por él/ella
consistentemente, estaremos conociéndole más profundamente porque el Espíritu
Santo nos estará revelando verdades acerca
de él/ella. La intercesión en amor no solamente nos une en el Espíritu con la persona por la cual oramos, sino que también
nos impulsa a ayudarle, apoyarle y buscar
la realización de sus sueños y anhelos en
el Señor.
Esto lo hemos podido vivir en nuestro matrimonio y familia, por la gracia de Dios.
Cuando recién nos casamos pensábamos
que ya sabíamos que rumbo tomaría
nuestro matrimonio: estaríamos sirviendo
al Señor. Eso nos habíamos prometido a
nosotros mismos y a Dios al comprometernos. Ya habíamos descubierto que cada
uno de nosotros era muy diferente en lo
que se refiere a talentos y dones. En este
respeto mutuo, de reconocer que el Señor
había puesto anhelos y deseos en cada uno
de nosotros (que no necesariamente serían
los mismos), pudimos empezar a ayudarnos y apoyarnos a cumplir las metas y proyectos del cónyugue sin dejar de trabajar
por los propios.
Después de varios años
de casados, empezamos a escribir nuestras
metas y proyectos para cada año y compartir esas metas el uno con el otro. Esto nos
ayudó muchísimo para comprendernos y
amarnos más.
Cuando nuestros hijos ya estaban en su
adolescencia empezamos a involucrarles en
ponernos metas como familia, en común
acuerdo. Durante el año nos hacíamos
recordar unos a otros cuando nos olvidábamos de alguna meta que nos habíamos
propuesto. Orábamos juntos para poder
ser fieles a lo que en oración habíamos percibido de parte del Señor como objetivos a
lograr. El mero factor de haber compartido
nuestras metas, ya dilataba nuestras debilidades o flaquezas cuando no estábamos
yendo por el camino a cumplirlas.
Ahora nuestros hijos son adultos e independientes, viven en otro país para hacer
sus estudios. Pero esta distancia física no
nos ha parado de seguir con esta «tradición
familiar». Seguimos mandándonos nuestras metas y objetivos por escrito, cada uno
a todos, para poder estar intercediendo específicamente por cada una de esas metas.
También nos hemos dado el permiso de
llamarnos la atención y rendir cuentas el
uno con el otro en cualquier área de las
metas propuestas.
Interceder por el bien del otro en la familia levanta, fortalece, no solamente a por
quien se ora, ¡sino también al que ora! Las
familias cristianas tenemos ese instrumento de fortalecer la unión que es la intercesión. ¡Aprovechemos lo que Dios nos ha
dado!
Por Arnold & Sigrid Enns
Presidente ejecutivo de COICOM, Arnold tiene licenciaturas en Teología
y Administración de Empresas y una
maestría en Comunicaciones. Ha trabajado como productor con ministerios de comunicación y ha sido pastor
en diferentes países. Sigrid posee una licenciatura en Música
Sacra y un profesorado en Piano. Se dedica a la enseñanza
de piano y al mentoreo de mujeres y jóvenes. Arnold y Sigrid
son de Paraguay, llevan 24 años de casados y tienen dos hijos.
sigrid.enns@gmail.com

COMENTARIOS