
Pero toda esa buena intención terminará en eso: en «buena intención», si no establecemos un sistema de control de todo lo planeado.
Determinación
Debemos determinar cómo vamos a me- dir nuestro avance de manera continua. La primera palabra aquí es «determinar»; es decir, tomar la decisión de examinar lo que hemos trazado.Medición
Una pregunta importante que debemos responder es: ¿Cuál es mi capacidad de medición?Muchos de los planes que hoy se llevan adelante, inclusive los gubernamentales, no tienen la capacidad necesaria para asegurar un proceso exitoso. Y dentro del marco del «desarrollo personal» podemos creer posible lograr algo, cuando en la realidad no tenemos una base que pueda sustentar ese deseo. Es como apuntar a un vehículo de lujo, cuando todavía estamos peleando con los gastos de mantenimiento de un vehículo económico.
Recuerda las palabras de Jesús, registradas en Lucas 14.28: «Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene para acabarla?» (RV60).
Revisión
En todo nuevo proceso, posterior al en- canto inicial, se experimenta una etapa de «tormenta». Es un tiempo donde, comúnmente, nos sentimos decepcionados. Es como encontrarnos parcialmente ante una nueva realidad. Y surgen pensamientos como: «Esto no era lo que yo creía», o «Pensé que las cosas serían diferentes». Lo cual sencillamente nos indica que debemos hacer algunas correcciones.
Ten en cuenta que es natural vivir esta etapa; por lo tanto, más que entregarte al desánimo, enfócate en la nueva realidad, y sobre ella haz los ajustes necesarios.
La etapa de la «tormenta» pone a prueba nuestro compromiso con aquello que nos habíamos propuesto lograr. Los que están acostumbrados al «camino fácil» tienden a abandonar el barco mucho antes de llegar al puerto deseado. Recuerda que lograr cosas importantes, en el área que sea, tiene un costo, y solo lo alcanzan los que no se rinden en el camino.
Convierte en una regla o norma todo cambio que realices. Esa será la forma de
Rigor
Sé riguroso en todo lo que te has propuesto. Esto involucra todas las actividades agendadas para alcanzar las metas. No per- mitas que las fechas marcadas sean un «tal vez», sino todo lo contrario, un compro- miso personal.
Hoy hay tantas «distracciones» que son potenciales saboteadores de logros importantes. La evaluación rigurosa traza un ca- mino para asegurar los resultados. Ayuda a que el enfoque se mantenga en aquello que queremos alcanzar; mantiene alineada todas las acciones; hace que los cambios se realicen; y asegura que los tiempos traza- dos se cumplan.
¿Por qué importa todo esto?
Llevar un control de lo planeado no debe- ría ser sólo la característica de las organizaciones, sino también un estilo de vida de aquellos que anhelan algo mejor. Es una manera, como hijos de Dios, de mostrar a los demás como ser responsables y efectivos, aun en los compromisos de desarrollo personal.Recuerda que somos «sal y luz» (Mateo 5.13-16). Y una vez que lo positivo y útil es observado, se establece en los demás el desafío de un mejor estándar de vida. En una cultura de tanta «informalidad», sé de los que levantan el estándar.
Recuerda que todo lo que hacemos es para Dios —todo. El es un Dios de orden; se mueve en el orden que él estableció para que rija la vida; por lo tanto, él también es glorificado en un proceso responsable de nuestro desarrollo personal.
Marcos Vergara
Marcos es de Lambaré, Paraguay. Posee una licenciatura en Teología y diplomados en Liderazgo y Coaching. Por más de 15 años ha sido instructor de Liderazgo en empresas privadas e instituciones públicas. Es pastor de la
iglesia Comunidad Nuevo Pacto, de la Iglesia de Dios en el Paraguay. Actualmente es vice presidente de la Asociación de Iglesias Evangélicas del Paraguay (ASIEP) y secretario de la Alianza Evangélica Latina.
mevt68@gmail.com
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