La toma de decisiones y la acción confiada en dios Con esta entrega llegamos al final de esta serie de tres artículos sobre «tomar decis...
La toma de decisiones y la acción confiada en dios
Con esta entrega llegamos
al final de esta serie de
tres artículos sobre «tomar decisiones». En la primera
entrega, exploramos los diversos
tipos de personas según toman
sus decisiones (el impulsivo, el
escéptico, el perfeccionista y el
integrado), así como algunos mitos sobre la toma de decisiones y
algunas sugerencias sobre cómo
asegurarnos de tomar decisiones
acertadas.En la segunda entrega, resaltamos la importancia de valorar los consejos y tomar nuestras decisiones basadas en principios, no en las circunstancias. Y recordamos que las malas decisiones tienen consecuencias y a menudo dejan cicatrices.
En esta última entrega, quisiera aprovechar para desafiarte a tomar coraje para dar el paso que corresponde una vez que hayas tomado una decisión sobre el tema que te concierne y, por sobre todo, a asumir los riesgos de la fe.
¿Paralizado por el temor?
Hubieron circunstancias en las que he aplazado mis decisiones y acciones, pensando que podría hacerlo más tarde, en otro momento. Pero resulta que el «más tarde» se volvió mañana, el mañana en la próxima semana, ésta en el próximo mes, el mes que viene se convirtió en el próximo año… y finalmente, no lo hice. Paralizado por la incertidumbre y el temor de lo que sucedería, al no tener el control de las circunstancias y la seguridad de lo que encontraré.Cuánto me gustaría tener a mi lado al libertador Moisés en los momentos en que debo dar un paso hacia un futuro incierto, cuando la incertidumbre y el miedo me paralizan e impiden seguir adelante, y escuchar su voz diciendo: «—No tengan miedo. Mantengan sus posiciones, que hoy mismo serán testigos de la salvación que el SEÑOR realizará en favor de ustedes… quédense quietos, que el SEÑOR presentará batalla por ustedes» (Ex. 14:13- 14).
Si bien estas palabras de Moisés fueron para el pueblo de Israel, el miedo que ellos sintieron en esas circunstancias, es el miedo que muchas veces he sentido yo ante decisiones que me desafiaban a tomar coraje para dejar aquello que me daba seguridad, dejar mi confort, y dar el paso que corresponde.
El refrán popular, «No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy», nos invita a no aplazar las decisiones, y mucho menos las acciones que resultan de estas decisiones.
Proverbios 13:4 nos recuerda que: «El alma del perezoso desea, pero nada consigue, mas el alma de los diligentes queda satisfecha» (LBLA). El mismo sabio escribió: «Pobre es el que trabaja con mano negligente, mas la mano de los diligentes enriquece» (Pr. 10:4 LBLA).
Cuando sientas que el temor te invade, mantente firme. El Señor dice: «Estad quietos, y conoced que yo soy Dios» (Sal. 46:10 RV60).
¡Decide dar el paso!
Un famoso acertijo plantea: «Cinco ranas estaban sentadas sobre un tronco. Cuatro deciden saltar. ¿Cuántas quedan». ¿Cuál es la respuesta Es posible que pienses que la respuesta es «una». ¡Pero realmente es «cinco» ¿Por qué ¡Porque existe una diferencia entre decidir y hacer! ¡Toma acción! ¡Empieza hoy!Que el no saber cómo empezar o el temor a cometer errores no te desmotive. No debes permitir que eso te detenga a tomar aquellas acciones requeridas por la decisión que tomaste. Dar el paso que corresponde a veces significará admitir que no tienes todas las respuestas, o que cometarás errores. Es el precio que debemos pagar cuando damos el paso que corresponde.
La fe requiere acción
Estar quietos o permanecer firmes no significa que no hagamos nada mientras esperamos en Dios.La fe requiere acción. Al confiarle a Dios los resultados de las decisiones y acciones que tomamos, necesitamos dar el siguiente paso en el camino. Todo lo que Dios demanda de nosotros es dar el siguiente paso. Y como dice el Salmo 119:105, la palabra de Dios será una lámpara que nos brindará la luz o claridad que necesitamos para dar el siguiente paso.
Recordemos las palabras de Dios a Moisés y al pueblo de Israel, paralizados ante las aguas del Mar Rojo, que como una gigantesca muralla les impedía su liberación de Egipto. Dios quiere que demos el próximo paso, confiando en que Él está en control de nuestras circunstancias.
«¡Dí a los hijos de Israel que marchen!», fue la orden de Dios (Ex. 14:15).
Literalmente, «muévanse», «comiencen a andar». Él deseaba que los israelitas pusieran su fe en acción, que dieran ese paso de fe hacia las aguas, confiados en que Dios haría un camino para ellos.
Ed Youg, en su libro Enfrente sus temores, nos recuerda que…
«Dios no ha cambiado. Y sus mandatos y promesas siguen firmes para ti y para mí. Cuando se presenten las dudas, sigue adelante. Cuando estés paralizado por el miedo y la incertidumbre del futuro, ¡muévete. Cuando tu limitada visión del futuro solamente te permite ver lo que está delante de ti, avanza. Aun, cuando lo que veas delante de ti sea un obstáculo aparentemente insuperable, continúa. Camina hasta donde puedes llegar, y confíale a Dios el siguiente paso y también el otro».Toma coraje para dar el paso que corresponde una vez que hayas tomado una decisión sobre el te‐ ma que te concierne. Y, por sobre todo, asume los riesgos de la fe.
Por Manuel Mancuello
manuel.mancuello@gmail.com Felizmente casado para toda la vida con Beatriz, juntos tienen dos hijos: Isaías (20) y Mila (9). Cuenta con más de 15 años de experiencia trabajando en las áreas de comunicaciones, proyectos sociales y educación con organizaciones nacionales e internacionales en Paraguay, Ecuador, Costa Rica y EE. UU. Posee una licenciatura en Ciencias de la Comunicación, una maestría en Desarrollo Organizacional y especializaciones en Didáctica Universitaria, Educación Cristiana y Capellanía Empresarial. Junto con su esposa es voluntario de la Fundación Principios de Vida, facilitando cursos y talleres para varones, sobre finanzas y otros temas de interés para la familia. te permite ver lo que está delante de ti, avanza. Aun, cuando lo que veas delante de ti sea un obstáculo aparentemente insuperable, continúa. Camina hasta donde puedes llegar, y confíale a Dios el siguiente paso y también el otro». Toma coraje para dar el paso que corresponde una vez que hayas tomado una decisión sobre el tema que te concierne. Y, por sobre todo, asume los riesgos de la fe.