Los efectos del orgullo en el matrimonio y cómo vencerlo. Descubre el arma letal contra el orgullo en el matrimonio.
El arma letal contra el orgullo en el matrimonio.
En ocasiones pensamos que los mayores problemas de los matrimonios se encuentran en la falta de comunicación o el manejo de las finanzas, infidelidades, los terceros, los hijos, etc.Sin embargo detrás de todos ellos se encuentra un enemigo más trascendental, a este podríamos atribuir la gran mayoría de divorcios y problemas de la humanidad: el orgullo.
Salmo 10.4 dice: «El malvado levanta insolente la nariz, y no da lugar a Dios en sus pensamientos».
El orgullo según la Real Academia de la Lengua Española es: «Arrogancia, vanidad, exceso de estimación propia, que suele conllevar sentimientos de superioridad».
Las preguntas relacionadas al orgullo en el matrimonio son:
1. ¿En qué incide el orgullo en nuestro matrimonio?
Cuando leemos 1 Corintios 13.4-7, podemos identificar algunas características de lo que es el amor.Pero el orgullo puede generar una tendencia a ser fanfarrones, ofensivos, irritables y autoritarios, ver a nuestro cónyuge como alguien inferior; nos cuesta perdonar.
Aquí solo hacemos referencia a cómo el orgullo destruye el amor del pasaje citado —sin embargo, el orgullo puede llevarnos a cometer otros pecados que encontramos en la Biblia, los cuales los invitamos a escudriñar.
El orgullo en el matrimonio afecta el amor de familia, de hogar, y obviamente el de pareja.
2. ¿Crees que es un pecado de nuestros tiempos?
Este pecado particular cometido por Satanás (Ez 28.12-19; Is 14.12-15), quita el lugar que solo el Señor se merece, y manifiesta: «Quiero vivir la vida como me da la gana, y punto».El orgullo genera la división entre nosotros y Dios. A veces se encuentra escondido en el corazón del cristiano, para hacerlo caer. Recordemos que antes de la caída está la altivez del corazón (Pr 16.18).
Quitándole el trono al orgullo
No permitamos que el orgullo siga destruyendo hogares. No permitamos que el orgullo en el matrimonio heche raíces.Quitémosle el trono al orgullo, reconociendo a Dios como nuestro único Señor.
Recordemos también cómo nos hemos enamorado y los hermosos momentos vividos en pareja.
Seguramente el orgullo quiere cegarnos para que no reconozcamos a Dios y, en segundo lugar, a ese cónyuge al que amamos y del que estamos distanciados debido al orgullo.
Es noble y valiente reconocer que hemos fallado, pero es mejor decidir en nuestro corazón no volver a pecar. A esto se le conoce como arrepentimiento. Un corazón contrito y humillado, Dios no lo desprecia jamás (Sal 51.17).
Este es el primer paso para recuperar lo que el enemigo nos quiere robar, y la oportunidad de un acercamiento para perdonar y recibir perdón.
Pero el pasar de la teoría a la práctica es lo que nos permite conseguir la felicidad en nuestro matrimonio y vencer el orgullo. Dios siempre nos hace la invitación de tomar acción en nuestra vida de lo que aprendemos (Stg 1.23-25).
El arma que mata el orgullo
Pues bien, ¿cómo vencemos el orgullo? Dios nos da la respuesta en Marcos 9.33-37, haciendo énfasis en el versículo 35: «Entonces Jesús se sentó, llamó a los doce y les dijo: —Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos».Es decir que mediante el servicio se vence el orgullo. Es difícil comprenderlo, por eso la invitación es a comenzar a realizar la acción como nos dice Santiago.
Solo para que reflexiones: Cuánto sirves, ¿adónde apunta tu nariz?
En conclusión, el ayudar en los quehaceres domésticos, el ser considerado con tu pareja, hacer el desayuno algún día, un masaje de pies, en fin... tantas formas en que podemos servir a nuestra pareja, es la mejor manera de vencer el orgullo y comenzar a ver tu pareja con otros ojos.
Acerca de los autores:
Jaime & Milena Garzón son ingenieros catastrales y geodestas, pastores y consejeros de parejas en Bogotá, Colombia. Padres de Martín y Luciana, llevan 8 años de casados.