La influencia de una iglesia que es activa socialmente puede producir, bajo la guía y poder de Dios, una transformación profunda y dura...
La influencia de una iglesia que es activa socialmente puede producir, bajo la guía y poder de Dios, una transformación profunda y duradera en su entorno. Este impacto radica en los siguientes fundamentos:
- La iglesia logra un contacto directo con las personas y familias de la comunidad, así como con sus autoridades civiles y otros agentes.
- Los miembros de la iglesia desarrollan una mayor empatía con los miembros del vecindario, ya que el trabajo comunitario permite contemplar más concretamente las necesidades presentes.
- La congregación gana el respeto de la comunidad al evidenciar que “la iglesia del barrio” se preocupa de su bienestar integral.
- La iglesia obtiene la considerable oportunidad de “encarnar” el evangelio predicado mediante acciones relevantes.
- Los miembros de la iglesia, como consecuencia de su testimonio evidente, llegan a ser referentes morales y espirituales para la comunidad, especialmente para los más jóvenes.