El activismo puede destruir tu ministerio pastoral La mayoría de nuestros afanes en la vida son producto de tener demasiadas actividad...
El activismo puede destruir tu ministerio pastoral
La mayoría de nuestros afanes en la vida son producto de tener demasiadas actividades que nos hacen sentir y parecer cristianos, aunque nos encontramos completamente distanciados del Señor. El Señor Jesús le da gran importancia a la mansedumbre y la humildad que abren la oportunidad de encontrar descanso para el alma (Mt. 11.28).Juan es un pastor. Él se levanta a las 5.30 para llevar a los chicos al colegio. Va a la iglesia que está en remodelación. Toma la lista de todo lo que hay que comprar, y va al depósito de materiales. Luego debe ir a pagar la luz y el teléfono de la iglesia. Pasa por el hospital donde está Elisa. Allí, el hermano Pedro le pide que lo
lleve al pueblo cercano (45 km). Juan ya no llega al almuerzo, y va a la iglesia donde a las 14:00 hs. hay una reunión de diáconos. La reunión no resulta positiva ya que uno de los diáconos no está de acuerdo con el color de pintura que el pastor compró. A las 16:00 hs. el pastor decide comer unas empanadas ya que no almorzó. 16:10 hs, La rueda del auto llantó. 17:10 hs. a buscar a los chicos al colegio. A las 17:30 hs. tiene un estudio bíblico. 18:30 hs. tiempo para preparar la prédica. Una vecina está disgustada por el ruido de los constructores. Ya no queda tiempo… 19:00 hs. Reunión - 20:30 hs. El comité de tesoreros se reúne con Juan y quedan hasta las 23:00 hs. por un faltante de dinero…
¿Qué es el activismo?
El activismo es la actitud del que cree que se pueden suplir la calidad por la cantidad de acciones pastorales que se hacen. Activismo no equivale a acción. El activismo es la realización de acciones por ellas mismas, desarraigadas del ser interior. Estas actividades son, con frecuencia, una manera de fugarse de la realidad al no quedar tiempo para pensar y discernir la misma. La acción es fundamental, pero el activismo a la larga es un esfuerzo inútil, llevando siempre a la dispersión de energías y a la crisis personal.Un ministerio activista (con dedicación demasiado intensa), genera cansancio, al buscar la propia gloria y no la gloria de Dios. El activista se afana por demostrar que él existe y por tanto busca hacer mucho “sin equivocarse nunca”. Esto generalmente es un resultado de algún problema en la autoestima.
Una nueva perspectiva
Rick Warren dice: “El ministerio es un maratón, no una carrera de 50 metros. No es la forma de empezar lo que importa. Es la forma de terminar la carrera. La sostenibilidad cuenta más que la velocidad.” Esto significa que los pastores que viven una vida de activismo, deben frenar, y meditar sobre el propósito de Dios para su ministerio. Cuando el ministro se da cuenta de que está agotado, y que muchas cosas no salen como él quiere, no es momento de entrar en desesperación, sino más bien de reflexionar. Lo principal es que el ministro pueda tener un cambio de actitud. No significa que dejará de cumplir con las actividades relacionadas a la obra, pero buscará qué es lo que Dios desea y qué es lo que su “yo” desea. Y en base a esto pondrá sus prioridades.John Stott señala que el activismo es una actitud de autosuficiencia: “Vivimos en una época que confía mucho en el activismo… Sin embargo, tenemos que humillarnos delante de Dios y reconocer que solamente Cristo puede abrir los ojos de los invidentes, destapar los oídos de los sordos y dar vida a las almas muertas. La Iglesia hoy necesita ser más humilde.”
Norberto Saracco indica que el activismo es un substituto del pensamiento: “La iglesia latinoamericana está pagando un alto precio por haber renunciado a la formación de sus teólogos y haberse contentado con un activismo superficial. No solo falta profundidad en el pensamiento de la iglesia sino también discernimiento… “ La consecuencias del activismo La Iglesia viene sufriendo por el avance de todo tipo de doctrinas, modas, sectas, por culpa que no se ha formado a líderes pensadores, analíticos y críticos.
Resumiendo, hay mucho cansancio en una vida desnivelada, por tanto, toda acción nuestra debemos de acompañarla de una reflexión cristocéntrica para orientarla, para ordenarla, para hacerla coherente, para no caer en el activismo fácil e inmediatista y esto debe traducirse a una vida equilibrada. El pastor, obrero y consejero debe tener una personalidad bastante equilibrada, puesto que no podrá ayudar a otros en sus problemas si no ha desarrollado una vida apropiada, saludable y equilibrada. Los que desean alcanzar una vida equilibrada, habrán de descubrir sabiduría y orientación divina.
Fuentes consultadas
Rick Warren, “10 puntos para mantenerte enfocado”.
Norberto Saracco, “La educación teológica del siglo XXI”.
John Stott, “Señales de una Iglesia viva”.
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