Dentro del proceso de la restauración hay todo un proceso metodológico. Yo tengo que sentarme con esa persona caída y negociar. Dentro de...
Dentro del proceso de la restauración hay todo un proceso metodológico. Yo tengo que sentarme con esa persona caída y negociar.
Dentro de ese proceso de negociación hay dos alternativas:
- Una es la negación: “Aquí no pasó nada. Todo es mentira. No es cierto. Están queriendo dañarme. El enemigo está queriendo dañar mi ministerio.” Es toda una larga lista de negaciones. Esa negación va a producir enojo y luego depresión. Esa es una de las alternativas.
- La segunda es la alternativa que recomendamos, que es la aceptación. Uno acepta la situación. Así como David aceptó su pecado luego de la amonestación de Natanael. Es muy difícil ayudar a una persona que no acepta el diagnóstico o espiritualiza todo.
Entonces al aceptar el pecado, utiliza el procedimiento de la restauración. Y el modelo de la restauración desde el punto de vista bíblico y el elemento número uno dentro de la cosmovisión cristiana es el arrepentimiento. Y luego del arrepentimiento viene la confesión.
Mucha gente confiesa que no se arrepiente y vuelve al problema. Y luego de la confesión viene la humillación. Este paso tiene que venir y la gente tiene que ver la humillación. Y como resultado de la humillación entonces Dios envía el consuelo. Es muy difícil consolar a una persona arrogante y orgullosa. Pero si hay humillación entonces Dios responde y escucha al corazón humillado y contrito.
Acordémonos que la Biblia dice que Dios no quiere sacrificio de trabajo de esfuerzo que yo hago esto, yo construí aquello. Dios no escucha eso. Lo que Dios busca es un corazón arrepentido, humillado, contrito y ahí viene la consolación. Y después de la consolación viene la justificación. La justificación a través de Cristo Jesús. Y luego de la justificación se produce la regeneración. Regeneración significa conectar nuevamente todos esos cables sueltos. Y después de la regeneración teológicamente viene la santificación.
Con una persona santificada, el hombre nuevamente está disponible para un proceso para que Dios lo puede utilizar otra vez. Todo esto es un proceso teológico que el hombre caído debe atravesar para que pueda regresar.
Tomemos nuevamente el caso de David. El pecó y pasó por este proceso e inclusive se habla de que fue el amigo de Dios. Los domingos leemos sus escritos sus salmos y vemos que es una persona muy emocional y se expresaba. Todo esto se inicia en la actitud: La actitud de aceptar o de denegar.
Este extracto forma parte de una entrevista al Dr. Antonio Montiel, publicada en ediciones anteriores. Léala completa en: http://www.liderazgopastoral.com/2009/12/restaurando-pastores-caidos.html
Dentro de ese proceso de negociación hay dos alternativas:
- Una es la negación: “Aquí no pasó nada. Todo es mentira. No es cierto. Están queriendo dañarme. El enemigo está queriendo dañar mi ministerio.” Es toda una larga lista de negaciones. Esa negación va a producir enojo y luego depresión. Esa es una de las alternativas.
- La segunda es la alternativa que recomendamos, que es la aceptación. Uno acepta la situación. Así como David aceptó su pecado luego de la amonestación de Natanael. Es muy difícil ayudar a una persona que no acepta el diagnóstico o espiritualiza todo.
Entonces al aceptar el pecado, utiliza el procedimiento de la restauración. Y el modelo de la restauración desde el punto de vista bíblico y el elemento número uno dentro de la cosmovisión cristiana es el arrepentimiento. Y luego del arrepentimiento viene la confesión.
Mucha gente confiesa que no se arrepiente y vuelve al problema. Y luego de la confesión viene la humillación. Este paso tiene que venir y la gente tiene que ver la humillación. Y como resultado de la humillación entonces Dios envía el consuelo. Es muy difícil consolar a una persona arrogante y orgullosa. Pero si hay humillación entonces Dios responde y escucha al corazón humillado y contrito.
Acordémonos que la Biblia dice que Dios no quiere sacrificio de trabajo de esfuerzo que yo hago esto, yo construí aquello. Dios no escucha eso. Lo que Dios busca es un corazón arrepentido, humillado, contrito y ahí viene la consolación. Y después de la consolación viene la justificación. La justificación a través de Cristo Jesús. Y luego de la justificación se produce la regeneración. Regeneración significa conectar nuevamente todos esos cables sueltos. Y después de la regeneración teológicamente viene la santificación.
Con una persona santificada, el hombre nuevamente está disponible para un proceso para que Dios lo puede utilizar otra vez. Todo esto es un proceso teológico que el hombre caído debe atravesar para que pueda regresar.
Tomemos nuevamente el caso de David. El pecó y pasó por este proceso e inclusive se habla de que fue el amigo de Dios. Los domingos leemos sus escritos sus salmos y vemos que es una persona muy emocional y se expresaba. Todo esto se inicia en la actitud: La actitud de aceptar o de denegar.
Este extracto forma parte de una entrevista al Dr. Antonio Montiel, publicada en ediciones anteriores. Léala completa en: http://www.liderazgopastoral.com/2009/12/restaurando-pastores-caidos.html