Antonio Chávez es Director de la Cooperación Nacional Misionera. Antonio y su esposa Graciela tienen 5 hijos (3 mujeres y 2 varones) y 3 n...
Antonio Chávez es Director de la Cooperación Nacional Misionera. Antonio y su esposa Graciela tienen 5 hijos (3 mujeres y 2 varones) y 3 nietos. Como familia, han decidido servirle al Señor en el campo misionero. Antonio tiene una maestría en Liderazgo Cristiano y ha realizado estudios en Misiones Transculturales. Actualmente Antonio es el director de CONAMI, que es la Cooperación Nacional Misionera del Paraguay, que trabaja en red con las entidades misioneras del país con el fin de promover y movilizar a la iglesia para las misiones mundiales.
¿Cuáles han sido tus mayores desafíos en la obra misionera?
El llamado a servir a Dios con mi familia en Nepal, Asia, en un contexto transcultural totalmente diferente al nuestro, con sus desafíos del idioma, religión, cosmovisión, etc., a los cuales pudimos adaptarnos por la gracia del Señor.
¿Y las mayores satisfacciones?
El haber podido dar inicio y continuidad a un proceso de contactos, adopción y servicio, en medio de etnias que no habían tenido antes la oportunidad de oír de Dios, ni siquiera una vez.
¿Cómo recibiste tu llamado para servir a Dios en el área de las misiones?
Fue todo un proceso, pero desde el inicio fue claro que Dios nos llamaba a “ir” a los “confines”, donde Cristo no había sido anunciado aún. Luego el Señor fue específico y nos habló de los maithili de Nepal. Tú y tu familia tuvieron una experiencia de misiones transculturales en Nepal, coméntanos brevemente acerca de eso El inicio de los primeros contactos fue a través de cartas que demoraban de 1 a 2 meses. En 1998 tuve la oportunidad de ir por un mes con un matrimonio brasileño que me acompañó a espiar la tierra. En el 99, luego de varios contactos con una familia misionera que estuvo abriendo brechas, pudimos llegar a Nepal con toda mi familia y ubicarnos en el valle del Terai. Ahí nos ocupamos de varias tareas: cooperé con una ONG fiscalizando proyectos de agua potable, al mismo tiempo estuvimos construyendo relaciones, aprendiendo el ABC nepalí, la cultura, creencias, siendo un aprendiz. Esto nos permitió estar con la familia un poco más de dos años. No obstante, hasta la fecha hemos hecho con mi esposa 4 viajes a Nepal, todos con propósitos misioneros. Hemos liderado dos equipos de entrenamiento a corto plazo (en 2010 y 2012), el último de estos con 8 paraguayos, visitando también el Tibet y norte de India. El Señor nos ha sorprendido con su respaldo, permitiéndonos servirle en campamentos médicos, dando a atención a más de 1.000 personas, repartir Biblias, ministrar a 13 familias pastorales y, por sobre todo, compartir el evangelio en lugares muy lejanos e inhóspitos, siendo testigos de más de 150 decisiones de fe. Para estos logros, la cooperación de muchos hermanos e iglesias fue fundamental.
¿Qué expectativas tienes en cuanto a lo que será el Congreso Misionero del Cono Sur en Paraguay?
En estos años, ocupados en la movilización misionera, hemos visto a muchos latinos, en Paraguay, en las naciones vecinas y también en países donde han emigrado, con una gran carga de amor por los no alcanzados. Sabemos que hay un potencial tremendo en los jóvenes, así como en las mismas iglesias que podrían ser “enviadoras” para cumplir la “Gran Comisión”. Con el equipo de CONAMI, hemos orado y pedido al Señor que nos dé la oportunidad de fortalecer y capacitarlos, y es ahí cuando surge la idea de este Congreso. Esperamos recibir de él las estrategias que nos permitan establecer plataformas y modelos de envíos de misioneros, teniendo en cuenta la acción de Hechos 1.8, partiendo de nuestra Jerusalén hasta llegar a los grupos étnicos de los confines de la Tierra.
Para informes acerca del Congreso Misionero del Cono Sur puede escribir a: marandupy@gmail.com
¿Cuáles han sido tus mayores desafíos en la obra misionera?
El llamado a servir a Dios con mi familia en Nepal, Asia, en un contexto transcultural totalmente diferente al nuestro, con sus desafíos del idioma, religión, cosmovisión, etc., a los cuales pudimos adaptarnos por la gracia del Señor.
¿Y las mayores satisfacciones?
El haber podido dar inicio y continuidad a un proceso de contactos, adopción y servicio, en medio de etnias que no habían tenido antes la oportunidad de oír de Dios, ni siquiera una vez.
¿Cómo recibiste tu llamado para servir a Dios en el área de las misiones?
Fue todo un proceso, pero desde el inicio fue claro que Dios nos llamaba a “ir” a los “confines”, donde Cristo no había sido anunciado aún. Luego el Señor fue específico y nos habló de los maithili de Nepal. Tú y tu familia tuvieron una experiencia de misiones transculturales en Nepal, coméntanos brevemente acerca de eso El inicio de los primeros contactos fue a través de cartas que demoraban de 1 a 2 meses. En 1998 tuve la oportunidad de ir por un mes con un matrimonio brasileño que me acompañó a espiar la tierra. En el 99, luego de varios contactos con una familia misionera que estuvo abriendo brechas, pudimos llegar a Nepal con toda mi familia y ubicarnos en el valle del Terai. Ahí nos ocupamos de varias tareas: cooperé con una ONG fiscalizando proyectos de agua potable, al mismo tiempo estuvimos construyendo relaciones, aprendiendo el ABC nepalí, la cultura, creencias, siendo un aprendiz. Esto nos permitió estar con la familia un poco más de dos años. No obstante, hasta la fecha hemos hecho con mi esposa 4 viajes a Nepal, todos con propósitos misioneros. Hemos liderado dos equipos de entrenamiento a corto plazo (en 2010 y 2012), el último de estos con 8 paraguayos, visitando también el Tibet y norte de India. El Señor nos ha sorprendido con su respaldo, permitiéndonos servirle en campamentos médicos, dando a atención a más de 1.000 personas, repartir Biblias, ministrar a 13 familias pastorales y, por sobre todo, compartir el evangelio en lugares muy lejanos e inhóspitos, siendo testigos de más de 150 decisiones de fe. Para estos logros, la cooperación de muchos hermanos e iglesias fue fundamental.
¿Qué expectativas tienes en cuanto a lo que será el Congreso Misionero del Cono Sur en Paraguay?
En estos años, ocupados en la movilización misionera, hemos visto a muchos latinos, en Paraguay, en las naciones vecinas y también en países donde han emigrado, con una gran carga de amor por los no alcanzados. Sabemos que hay un potencial tremendo en los jóvenes, así como en las mismas iglesias que podrían ser “enviadoras” para cumplir la “Gran Comisión”. Con el equipo de CONAMI, hemos orado y pedido al Señor que nos dé la oportunidad de fortalecer y capacitarlos, y es ahí cuando surge la idea de este Congreso. Esperamos recibir de él las estrategias que nos permitan establecer plataformas y modelos de envíos de misioneros, teniendo en cuenta la acción de Hechos 1.8, partiendo de nuestra Jerusalén hasta llegar a los grupos étnicos de los confines de la Tierra.
Para informes acerca del Congreso Misionero del Cono Sur puede escribir a: marandupy@gmail.com