Reinaldo Julián Decoud Larrosa nació en Asunción el 9 de enero de 1911, siendo el tercer hijo del matrimonio formado por Digna Larrosa Ferr...
Reinaldo Julián Decoud Larrosa nació en Asunción el 9 de enero de 1911, siendo el tercer hijo del matrimonio formado por Digna Larrosa Ferreira y Leopoldo Decoud Bogado. Éste murió cuando Digna estaba embarazada y apenas nueve meses después de nacer Reinaldo también fallece la madre. El niño entonces es criado por una tía, Anita Larrosa, con cuya familia vivió en Concepción, allí no tuvo un buen pasar, pues era tratado más como un criadito que como un miembro más de la familia.
Su acercamiento a Dios.
Luego de unos años su tía se separa del marido y regresa a Asunción con Reinaldo para vivir en la casa de la abuela. Es allí donde unos niños que vivían en frente, lo invitan a participar en una Escuela Dominical, aunque su familia era muy católica, le permitieron asistir como un medio de mantenerlo distraído. Tras un tiempo, sus familiares notaron un cambio en el joven, cuando le indagaron sobre el punto el contestó que había recibido a Cristo y por ende se había “hecho evangélico”. Allí comenzaron las presiones sobre él y viendo que nada lo haría cambiar de parecer le hicieron dejar la casa y le prohibieron que mencionara ser pariente de los Larrosa… con tristeza pero con determinación Reinaldo dijo: “me voy, y haré tal como quieren, pero algún día ustedes dirán con orgullo que son
parientes míos”.
De las aulas al campo de batalla.
Reinaldo tuvo que buscar lugar para vivir y un trabajo para su sustento, además de culminar su secundaria. Su frágil salud le impedía hacer trabajos físicos, pero consiguió un puesto de ordenanza en la Corte Suprema. A pesar de sus precarios medios económicos culminó sus estudios y comenzó a enseñar y comenzar sus estudios de medicina, luego de 18 meses estalló la guerra con Bolivia y fue enviado inmediatamente al frente como parte del cuerpo de sanidad. Durante la contienda trabó amistad con quien sería mas tarde Presidente del Paraguay, el entonces teniente Alfredo Stroessner. Referente a esta relación, comenta el Ing. Vicente Pistilli: “Decoud nunca sacó provecho personal de su amistad con Stroessner. A veces obtenía alguna reivindicación de derechos para las iglesias y sus miembros, pero nada para sí mismo”.
Una decisión clara.
Su participación en la guerra le afectó aún más su salud y tuvo que ser internado de gravedad. Ante esta situación su hermana que vivía en el Brasil logró que lo trasladaran y allí pasó Reinaldo varios provechosos años. Incluso fue nombrado Cónsul del Paraguay en la ciudad de Campo Grande (Brasil) con tan solo 24 años. En esa ciudad fue muy activo en la iglesia Bautista local y el Ministro de Relaciones Exteriores de nuestro país exigió a Reinaldo que cesara esas actividades religiosas o que renunciara, a lo que Reinaldo respondió: “Es un honor servir a mi patria, pero mayor honor es servir a mi Dios” y presentó su renuncia indeclinable. Pasado ese tiempo prosiguió enseñando en Sao Paulo y también sus estudios de idiomas, además del inglés y el portugués, que hablaba fluidamente, comenzó a estudiar durante cinco años, el griego, arameo y hebreo, con un ex rabino de apellido Bitchmaya. Esto le ayudaría en la gran empresa de traducir el nuevo testamento al idioma guaraní utilizando los idiomas
originales.
En defensa de la libertad religiosa.
En 1943 regresa al Paraguay y comienza a asistir a la primera iglesia de los Hermanos Libres. Allí predicaba al aire libre y tocaba el armonio, contagiando a todos con su inagotable energía y alegría de “predicar al Cristo vivo, no al Cristo-crucifijo”. En ese tiempo en el Paraguay los evangélicos sufrían mucha oposición, siendo incluso apaleados y sus templos incendiados. Además de que existía una ley que prohibía los cultos fuera de los templos. Pero Don Reinaldo pudo dar cierta ayuda gracias a sus relaciones gubernamentales. El formó una comisión para impedir la aplicación de esa ley discriminatoria y lo consiguieron tras larga lucha, siendo así uno de los forjadores y defensores de la libertad religiosa en el Paraguay.
Un hombre con visión de futuro.
Tras varios años de arduo compromiso, enseñando incluso desde su casa, Reinaldo logra conformar en 1963 la Facultad Evangélica de Teología, ubicada sobre la calle Ayolas 1444. Allí los alumnos pagaban una ínfima suma y se recibían de Licenciados en Teología tras cuatro años de estudio. El también fue un “revolucionario” dentro de la Iglesia, pues por aquellas épocas era considerado “mundano” estudiar en la Universidad. Don Reinaldo animaba a los jóvenes a proseguir sus estudios y por ello fue tildado varias veces como “corruptor de jóvenes”. Era además gran amante de la música y alentó el uso de todo tipo de instrumentos en el culto, con lo cual influyó de alguna manera a modernizar la música en la iglesia evangélica.
Traducción de la Biblia al idioma Guaraní.
Con sus fieles seguidores y ardientes opositores, el Dr. Decoud es considerado uno de los pilares en la sistematización de la enseñanza del idioma Guaraní. Pero esto tenía para Don Reinaldo un propósito aún mayor que los meros logros académicos, tener un instrumento altamente desarrollado y eficaz para propagar el evangelio de Jesús en nuestra lengua vernácula. Participó en numerosos congresos y dictó un sinnúmero de conferencias sobre la lengua, dejando un importante legado: la fundación en 1966 del Instituto de Lingüística Guaraní del Paraguay. Pero el mayor aporte es sin duda la traducción y posterior publicación del Joparé Pyahu (Nuevo Testamento en Guaraní) que salió de la imprenta en julio de 1963. Se basó directamente en los originales griegos yarameos invirtiendo dos años en su realización. Hacia 1968, la salud de Don Reinaldo comenzó a empeorar repentinamente por lo que tuvo que viajar al Brasil para someterse a una operación del corazón. También le sobrevino una embolia, afectando severamente su capacidad de hablar. A su regreso al Paraguay participó de unemotivo homenaje a su persona realizado en el Teatro Municipal en octubre de 1970, donde tomaron parte sus numerosos alumnos y colegas de años. Don Reinaldo acudió al llamado del Señor el 1º de Noviembre de 1972, acompañado de su esposa Doña Esther Harris y un grupo de amigos y compañeros de la fe.
Padre Nuestro en Guaraní
Ore
ru reiméva yvágape,
Toñemomarangatu nde réra
Tou ne tama.
Tojejapo ne rembipota,
yvágapeguáicha,
Ko yvy ári avei.
Ore mbujaperã aragua
navo
eme’ẽna oreve ange
Ha ore ñyrõ ore repyve’embyrã,
ore roñyrõháicha ore
repyve’ẽhárape.
Ha
anítei reja ro’a poroha’angai pype,
Ore
mosẽngatu ñateîgui
Ne mba’e niko pe tama ha pe
pu’aka,
Ha pe verapy
apyre’ỹ meve.
Amẽ.
Citas del Dr. Reinaldo Julián Decoud Larrosa:
“En todo aquello en que la ciencia e historia profana y la Biblia están en desacuerdo, sepan que la que está en lo cierto es la Palabra de Dios. Son los historiadores y científicos los que aún no dieron con la verdad, siendo la información bíblica la correcta. La Palabra de Dios contiene en ella la verdad científica. Cuando la ciencia se corrija y encuentre la verdad, se pondrá de acuerdo con la Biblia”.
“Encontré creyentes muy ocupados en convertir ateos. Y se valían de una dialéctica filosófico-científica para probar y defender la existencia de Dios. Aquí apuntamos una dramática incoherencia: tratar de defender a quien no necesita defensa, incurriendo en una anticipada derrota. Lo que la gente necesita es a Jesucristo, no las pretendidas pruebas de su existencia”.
Biografía resumida por Carlos Benítez, Asunción.