En la consejería pastoral el “escuchar” puede parecer tan obvio que no necesitaría ser mencionado. Pero, igualmente, muchos pastores lo encu...
En la consejería pastoral el “escuchar” puede parecer tan obvio que no necesitaría ser mencionado. Pero, igualmente, muchos pastores lo encuentran difícil porque, cada semana, se utiliza mucho tiempo hablando. El escuchar es un trabajo difícil. Es más fácil decir consejos que escuchar problemas. Es fácil preguntarle a una persona cómo está sin escuchar, realmente, la respuesta.
En el Manual de Consejería Pastoral el Pastor Fernando Alexis Jiménez explica: Los estudios revelan la existencia de gran número denominaciones en las que llegan almas con regularidad a los pies de Cristo pero, en breve, abandonan el lugar. ¿La razón? Adolecen de quien se interese de corazón por los nuevos convertidos. Pero hay algo más: quienes llegan a las iglesias generalmente enfrentan problemas y andan en búsqueda de respuestas a sus interrogantes y, ¡no hay quien los escuche y atienda! El Consejero debe preocuparse por las personas. Dios mismo lo manifestó así cuando se refiere al cuidado que tiene por su pueblo: "Como pastor pastorea a su rebaño; recoge en brazos a los corderitos, en el seno los lleva, y trata con cuidado a las paridas"(Isaías 40:11 Biblia de Jerusalén), y también: "Buscaré la oveja perdida, tornará a la descarriada, curará a la herida, confortará a la enferma..."(Ezequiel 34:16 Biblia de Jerusalén). Un ministerio en la iglesia no será eficaz en la medida en que el bienestar de las almas no representen preocupación en nuestro corazón; si las miramos con indiferencia, iremos en contravía de una actitud que identificaba al Señor Jesucristo. En cierta ocasión "... al desembarcar, vio a mucha gente, sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas"(Marcos 6:34 Biblia de Jerusalén). Una primera tarea, entonces, es sentir compasión por todas las personas que no tienen a Cristo como su único y suficiente Salvador. De lo contrario, debemos pedir a Dios en oración por millares hombres y mujeres que parten a la eternidad sin Jesús el Señor en sus corazones. La segunda tarea, desarrollar un principio fundamental en nuestra condición de consejeros, y es aprender a escuchar.
La tendencia de hablar
Una tendencia común entre quienes ocupamos cierto grado de responsabilidad o liderazgo en la iglesia, es que hablamos más de lo que escuchamos. Es cierto que en los evangelios hallamos diversas escenas en las que el Señor Jesús es quien asume una actitud proactiva al intervenir, pero hay que tomar nota del buen número de diálogos que sostenía con las personas, a quienes escuchaba con detenimiento.
Dos ejemplos específicos.
El primero, es el encuentro que sostiene con una mujer, la samaritana. La historia la ubicamos en el Evangelio de Juan, capítulo 4, versículos del 1 al 26. La segunda, la breve aunque profunda conversación que sostuvo con una mujer adúltera. También se encuentra en el relato de Juan. Quienes deseaban apedrearla, tras la intervención del Maestro, se alejaron. "... y se quedó Jesús con la mujer, que seguía en medio. Incorporándose Jesús le dijo: Mujer, ¿dónde están?¿Nadie te ha condenado? Ella respondió: Nadie, Señor. Jesús le dijo: Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques más"(Juan 8:9-11. Biblia de Jerusalén). Usted y yo tenemos que asumir este principio: permanecer en atenta escucha. Cuando nos encontramos frente a alguien que viene en procura de orientación con fundamento en principios bíblicos, además de amabilidad debemos expresar el deseo que tenemos de oírle. Hay que darle plena libertad para que se exprese, sin poner límites.
10 Consejos para aprender a escuchar.
Richard E. Dodge dice, la habilidad de escuchar puede ser una de las habilidades mas sanadoras al tratar con personas en situaciones de crisis. Alguien con un oído que escucha puede llegar a ser un ministro que transforma vidas cuando las personas pierden el centro de su equilibrio emocional. Dodge escribió estos 10 Consejos para desarrollar la habilidad de “escuchar”:
1. Toma el primer paso.
La gente que pasa por una crisis emocional puede mostrar señales de parálisis. Acércate a ellos y pregúntales si puedes hablar con ellos. Ofrece a escucharles, deje que expresen sus sentimientos y frustraciones.
2. Aprende a prestar atención.
Aprende a mirar directamente a los ojos. Siéntate enfrente de la persona que habla en vez de estar a su lado y demuestra interés. El lenguaje corporal expresa preocupación.
3. Deja de hablar!
Deja que el otro hable. Puedes hacer preguntas y pedir clarificaciones, pero no domines la conversación.
4. Se paciente.
El miedo asusta a las personas. Ayuda al aconsejado a superar sus miedos. Esto puede tomar semanas o mas tiempo. Es importante estar preparado para hacer un seguimiento extenso.
5. Mantén la confidencialidad.
Asegúrate de mantener la confidencialidad. Si tienes preguntas sobre como tratar con un caso que supera tus conocimientos, pide sabiduría a Dios o busca el consejo de profesionales.
6. Evita dar consejos.
El pastor-consejero "escuchador" debería estar cuidadosos de no sugerir "soluciones rápidas". Si alguien necesita ayuda especial, busca a un consejero profesional.
7. Evita las distracciones.
Si quieres escuchar a alguien encuentra un lugar quieto y tranquilo. La actividad alrededor puede hacer que el aconsejado pierda la concentración, y el hilo de la conversación.
8. Anima a expresar sentimientos.
Nunca le digas a alguien lo que debe o no debe sentir. Tampoco digas a alguien que sabes como se siente, al no ser que hayas tenido la misma experiencia. Cuando una persona que está en consejería exprese sus sentimientos, también es dar un paso positivo hacia la sanación.
9. Permite el silencio.
El silencio permite a las personas poner sus pensamientos en palabras. Algunos pueden necesitar varios minutos para expresar sus pensamientos. El silencio puede indicar que la persona esta reflexionando y necesita tiempo para procesarlo.
10. No juzgues.
No importa si el aconsejado se siente culpable o enojado, tu rol es escuchar todo lo que dice. Concentra la conversación sobre la persona que esta hablando y lo que el o ella siente y no exageres con comentarios sobre si algo esta bien o mal.
Es muy posible que no podamos cambiar la situación por lo que están pasando nuestros hermanos, amigos o familiares. Pero nuestra fe en Dios les puede dar nuevas esperanzas y nuestra fe puede ser esa luz al final del túnel que necesitan para levantarse. Jesús nos dejó un modelo de amor al prójimo, sanando y restaurando vidas en el área emocional, físico y espiritual. Sigamos este ejemplo!
En el Manual de Consejería Pastoral el Pastor Fernando Alexis Jiménez explica: Los estudios revelan la existencia de gran número denominaciones en las que llegan almas con regularidad a los pies de Cristo pero, en breve, abandonan el lugar. ¿La razón? Adolecen de quien se interese de corazón por los nuevos convertidos. Pero hay algo más: quienes llegan a las iglesias generalmente enfrentan problemas y andan en búsqueda de respuestas a sus interrogantes y, ¡no hay quien los escuche y atienda! El Consejero debe preocuparse por las personas. Dios mismo lo manifestó así cuando se refiere al cuidado que tiene por su pueblo: "Como pastor pastorea a su rebaño; recoge en brazos a los corderitos, en el seno los lleva, y trata con cuidado a las paridas"(Isaías 40:11 Biblia de Jerusalén), y también: "Buscaré la oveja perdida, tornará a la descarriada, curará a la herida, confortará a la enferma..."(Ezequiel 34:16 Biblia de Jerusalén). Un ministerio en la iglesia no será eficaz en la medida en que el bienestar de las almas no representen preocupación en nuestro corazón; si las miramos con indiferencia, iremos en contravía de una actitud que identificaba al Señor Jesucristo. En cierta ocasión "... al desembarcar, vio a mucha gente, sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas"(Marcos 6:34 Biblia de Jerusalén). Una primera tarea, entonces, es sentir compasión por todas las personas que no tienen a Cristo como su único y suficiente Salvador. De lo contrario, debemos pedir a Dios en oración por millares hombres y mujeres que parten a la eternidad sin Jesús el Señor en sus corazones. La segunda tarea, desarrollar un principio fundamental en nuestra condición de consejeros, y es aprender a escuchar.
La tendencia de hablar
Una tendencia común entre quienes ocupamos cierto grado de responsabilidad o liderazgo en la iglesia, es que hablamos más de lo que escuchamos. Es cierto que en los evangelios hallamos diversas escenas en las que el Señor Jesús es quien asume una actitud proactiva al intervenir, pero hay que tomar nota del buen número de diálogos que sostenía con las personas, a quienes escuchaba con detenimiento.
Dos ejemplos específicos.
El primero, es el encuentro que sostiene con una mujer, la samaritana. La historia la ubicamos en el Evangelio de Juan, capítulo 4, versículos del 1 al 26. La segunda, la breve aunque profunda conversación que sostuvo con una mujer adúltera. También se encuentra en el relato de Juan. Quienes deseaban apedrearla, tras la intervención del Maestro, se alejaron. "... y se quedó Jesús con la mujer, que seguía en medio. Incorporándose Jesús le dijo: Mujer, ¿dónde están?¿Nadie te ha condenado? Ella respondió: Nadie, Señor. Jesús le dijo: Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques más"(Juan 8:9-11. Biblia de Jerusalén). Usted y yo tenemos que asumir este principio: permanecer en atenta escucha. Cuando nos encontramos frente a alguien que viene en procura de orientación con fundamento en principios bíblicos, además de amabilidad debemos expresar el deseo que tenemos de oírle. Hay que darle plena libertad para que se exprese, sin poner límites.
10 Consejos para aprender a escuchar.
Richard E. Dodge dice, la habilidad de escuchar puede ser una de las habilidades mas sanadoras al tratar con personas en situaciones de crisis. Alguien con un oído que escucha puede llegar a ser un ministro que transforma vidas cuando las personas pierden el centro de su equilibrio emocional. Dodge escribió estos 10 Consejos para desarrollar la habilidad de “escuchar”:
1. Toma el primer paso.
La gente que pasa por una crisis emocional puede mostrar señales de parálisis. Acércate a ellos y pregúntales si puedes hablar con ellos. Ofrece a escucharles, deje que expresen sus sentimientos y frustraciones.
2. Aprende a prestar atención.
Aprende a mirar directamente a los ojos. Siéntate enfrente de la persona que habla en vez de estar a su lado y demuestra interés. El lenguaje corporal expresa preocupación.
3. Deja de hablar!
Deja que el otro hable. Puedes hacer preguntas y pedir clarificaciones, pero no domines la conversación.
4. Se paciente.
El miedo asusta a las personas. Ayuda al aconsejado a superar sus miedos. Esto puede tomar semanas o mas tiempo. Es importante estar preparado para hacer un seguimiento extenso.
5. Mantén la confidencialidad.
Asegúrate de mantener la confidencialidad. Si tienes preguntas sobre como tratar con un caso que supera tus conocimientos, pide sabiduría a Dios o busca el consejo de profesionales.
6. Evita dar consejos.
El pastor-consejero "escuchador" debería estar cuidadosos de no sugerir "soluciones rápidas". Si alguien necesita ayuda especial, busca a un consejero profesional.
7. Evita las distracciones.
Si quieres escuchar a alguien encuentra un lugar quieto y tranquilo. La actividad alrededor puede hacer que el aconsejado pierda la concentración, y el hilo de la conversación.
8. Anima a expresar sentimientos.
Nunca le digas a alguien lo que debe o no debe sentir. Tampoco digas a alguien que sabes como se siente, al no ser que hayas tenido la misma experiencia. Cuando una persona que está en consejería exprese sus sentimientos, también es dar un paso positivo hacia la sanación.
9. Permite el silencio.
El silencio permite a las personas poner sus pensamientos en palabras. Algunos pueden necesitar varios minutos para expresar sus pensamientos. El silencio puede indicar que la persona esta reflexionando y necesita tiempo para procesarlo.
10. No juzgues.
No importa si el aconsejado se siente culpable o enojado, tu rol es escuchar todo lo que dice. Concentra la conversación sobre la persona que esta hablando y lo que el o ella siente y no exageres con comentarios sobre si algo esta bien o mal.
Es muy posible que no podamos cambiar la situación por lo que están pasando nuestros hermanos, amigos o familiares. Pero nuestra fe en Dios les puede dar nuevas esperanzas y nuestra fe puede ser esa luz al final del túnel que necesitan para levantarse. Jesús nos dejó un modelo de amor al prójimo, sanando y restaurando vidas en el área emocional, físico y espiritual. Sigamos este ejemplo!